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Hace 50 años Luis Saint Germés en el T.C


LUIS SAINT GERME 1Domingo, 24 de mayo de 2020 Con un Torino de la “Autopeña Ciudad de Azul”, este corredor se presentaba en la Vuelta de Salto para comenzar a escribir su historia en la máxima categoría del automovilismo argentino.

Un día como hoy, pero de 1970, el piloto azuleño Luis Saint Germés, corrió su primera carrera en Turismo Carretera, categoría que tuvo su fecha en Salto, a donde llegó con el Torino N° 17, que pertenecía a la “Autopeña Ciudad de Azul”.

En diálogo con EL TIEMPO, Saint Germés recordó su paso por la categoría automovilística más popular del país y, especialmente, habló de su histórico 5° puesto de aquella jornada de la que hoy se cumplen 50 años.

Antes de llegar al TC, el piloto azuleño comenzó su trayectoria en el Turismo Nacional, donde corrió varios grandes premios. Luego pasó a la Fórmula 4 (lo que en la actualidad es Formula Renault), categoría que le abrió las puertas al exterior, tras quedar en una preselección entre los corredores.

“Cuando me llamaron los chicos de la ‘Autopeña Ciudad de Azul’, yo estaba corriendo en Chile en la categoría monoplaza de allá, muy similar a la nuestra”, aportó Saint Germés, para luego declarar que a pocos días de que se corra VII Vuelta de la ciudad de Salto, vino desde el país trasandino y se subió al Torino que había dejado de conducir José María Castaño, más conocido como “Machito”.

“Si no me equivoco, el jueves hago una prueba en la Ruta N° 51, donde hicimos una tirada como se hacía en aquellos años y el viernes partimos para Salto”, sostuvo.

De la mano de la agrupación fierrera de Azul, Luis Saint Germés llegó al mundo del TC, que atravesaba el año con una división obligatoria: la Fórmula A y la Fórmula B, que solo duró un año. La diferencia radicaba en la cilindrada de los motores. Pero a pesar de la diferencia seguían siendo de TC, aunque dividido en dos fórmulas que intentaron salvar la categoría. La primera, donde el Torino estaba anotado, comprendió una cilindrada tope de 3000 cc. (antes era de 4 litros) y una mínima de 1450, algo que dio lugar a que junto con las marcas clásicas pudiera mezclarse, en tan fugaces como intrascendentes participaciones, de Peugeot y Fiat. Se corrió sólo en ruta y le costó más acomodarse, al punto que la carrera inicial prevista en Venado Tuerto fue suspendida porque sólo hubo cuatro inscriptos. En cambio, el TC B, que fijaba sus límites en los cuatro litros, tuvo su apertura en esa jornada y contaba con pilotos más rutilantes, como Eduardo Copello, etc. Sin embargo, no tuvo tanto éxito, sólo corrieron apenas seis carreras que coronaron a Copello.

tanto, el TC A, finalmente, hizo su presentación el domingo 24 de mayo, día que se presentaron 30 autos en Salto, donde hubo carrera y ganó César Malnatti, con un Torino. Lo secundaron los Fiat 1500 de Carlos Gíay y Ricardo Zunino; el Valiant II de Raúl Libera y en el quinto lugar llegó el azuleño, entre los doce participantes que lograron clasificar.

Vale recordar que de los 30 autos, 12 eran Torino, un Valiant II, cinco Peugeot 404, entre ellos la dama Dora Bavio y nueve cupé Fiat 1500, entre otras marcas que no eran ni Ford y ni Chevrolet. Paulatinamente, el panorama mejoró con la incorporación de estas marcas y pilotos del nivel de Bordeu, Loeffel, Cupeiro que se sumaron a Rubén Luis Di Palma, la estrella y el que sería el campeón de la categoría al finalizar este año.

En cuanto a su debut en el TC, Saint Germés recordó que “largué bastante atrás, tenía el N° 17 y los conocidos largaban adelante con números bajos, desde Malnatti, Di Palma…”. También detalló que tuvo como acompañante a “Aldo Sogetti, quien trabajaba en el IKA Renault, donde era jefe del taller que se encontraba en esta ciudad”.

En cuanto a esa carrera, indicó que se corría sobre “rutas sin chicanas; todo a velocidad pura, entre “triángulos” o “Tres Ciudades”, por darte un ejemplo”.

“A boxes entré tres veces, dos para reabastecer combustible y la otra para arreglar el caño de escape que se me había desprendido y me estaba golpeando la rueda de atrás”, comentó para luego destacar que los mecánicos de la Autopeña terminaron por arrancarlo del Torino.

El auto y su manejo le permitieron llegar en un excelente quinto puesto, detrás de consagrados valores de la categoría.

Con la inmensa alegría que ese resultado suponía, retornó a Chile y completó su participación en el certamen trasandino de la Formula.

De regreso al país, la siguiente cita fue la Vuelta de Santa Fe, carrera que se corrió el 7 de junio y el azuleño llegó 6°, después Bragado 7°, Chivilcoy 7° y las últimas tres: Pergamino, Hughes y el Gran Premio, tuvo que abandonar por diferentes problemas mecánicos.

En todas esas carreras, aproximadamente, los circuitos duraban “tres o cuatro vueltas”, indicó y agregó que “las carreras eran de 400 Km. Depende del circuito, todo era velocidad pura. Nada que ver con lo que es ahora”.

Finalmente, en esa temporada del TC, la Formula A gano la lucha de la supervivencia y serían, de ahí en adelante, los encargados de llevar la imagen de la categoría, que al año siguiente sumó a los equipos oficiales de Concesionarios de Ford, Chevrolet y Dodge. Justamente, esta marca que tiene como símbolo un carnero, lo eligió para que se suba a uno de sus autos (uno lo manejaba José Miguel Pontoriero), pero el corredor azuleño prefirió quedarse bajo la tutela de la escuadra azuleña, porque le permitieron llegar a la división automovilística más longeva del mundo. “Desistí de esa oportunidad, por respeto a los que estaban en la auotpeña, que fueron lo que me buscaron para correr”, dijo.

Su carrera en el TC tuvo un impasse de un año y medio, tiempo que el “Toro” fue conducido por “Carlitos” Tartara.

“En agosto de 1973 me volvieron a llamar los de la Autopeña y volví a subirme otra vez al Torino”, comentó. Hasta la temporada de 1977 Saint Germés fue el piloto oficial de esta escuadra azuleña. “Sólo no corrí las dos últimas carreras” con este equipo tras su desvinculación, pero cerró el año arriba de “un Chevrolet de una peña de Pehuajó”, aportó sobre su despedida del TC.

Consultado sobre su manejo, el azuleño detalló que “era un piloto prolijo, no era espectacular, pero si efectivo”. “En esa época, muchos pilotos venían de las cafeteras Mar y Sierra, de correr en la tierra y con otro tipo de manejo. En mi caso, había corrido muchos años en Fórmula, otro manejo, otra reacción de distancias y dominio del auto”, concluyó.

Texto:diario El Tiempo Azul

Archivo fotos: “Chelo” Tártara

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